Sinopsis película La fórmula del Doctor Funes

Este jueves se lleva a cabo el claquetazo inicial de la película La fórmula del Dr. Funes, la cual será dirigida por José Buil y tendrá las actuaciones de Farnesio de Bernal, Patricio Castillo, Martín Altomaro, Giovanna Zacarías, José Sefami, Johanna Murillo, Daniel Carrera Pasternac, Paloma Arredondo, Emanuel Lattanzio, Elizabeth Norris Roa y Aileen Kent.

Martín, niño nerd de once años, narrador de la película, lleva anteojos, es aficionado a la bicicleta y tiene una camarita digital en su casco con la que graba todo. Su papá le regala un telescopio el día de su cumpleaños y Martín descubre en el vecindario a un viejo que resulta ser el doctor Funes. Este prepara una fórmula que le da a beber a su gato, que se convierte en gatito.

Martín se obsesiona a tal punto con la escena que al día siguiente la maestra Lucy lo manda al rincón por distraerse en clase.




De regreso a bordo de su bicicleta, Martín descubre al viejo Funes caminando por la calle como cualquier viejo de 70 años. Martín lo sigue hasta su departamento. Se presenta con el cuento de conseguir un gato, pero termina por contar todo lo que ha visto con su telescopio, incluso la transformación del gato grande en gato chico. Al viejo le divierte la impertinencia de Martín: confiesa que es el inventor de una fórmula para recuperar la juventud, envidia de un tal doctor Moebius, docto académico universitario que también quiere rejuvenecer. Martín se entusiasma cuando Funes le dice que planea tomar la fórmula para convertirse en un joven de dieciocho años.

En su laptop Martín guglea a Moebius y se da cuenta que hay envidia de la buena entre los dos científicos.

Al día siguiente Martín visita a Funes, pero en lugar del viejo aparece un niño de doce años llamado Pablo al que le ha ocurrido lo mismo que al gato: rejuveneció, aunque más de lo debido, ya que pretendía convertirse en un joven de 18 y ahora es un niño de 12.

Martín sabe que Funes va a necesitar vestirse como niño, jugar como niño, pensar como niño y además resguardar la fórmula de la codicia de Moebius que se la quiere robar para hacerse famoso y, probablemente, recibir homenajes del sistema.

En el clóset de su recámara Martín selecciona ropa para su nuevo amigo, entre otras una camiseta del Chicharito cuando estaba en Chivas Rayadas. Pablo se viste como niño y enseguida sonsaca a Martín para que obsequie el gato a su mamá. Martín y su nuevo amigo sueltan al gato en la sala de la casa de la familia Poyo. Pablo utiliza el telescopio para ver el edificio de enfrente y resuelve con gran facilidad la tarea de Martín. Luego elabora un plan para asistir a la escuela con un recado al director, con la firma del papá de Martín falsificada.

La mamá de Martín, que trabaja en casa como diseñadora gráfica, no se da cuenta que Pablo es un viejo con apariencia de niño. Pablo anuncia que se quedará a dormir para estudiar. En la intimidad de su recámara, los papás de Martín hacen la bitácora del día y deducen que el nuevo amigo de su hijo se encuentra en casa con permiso de sus padres.

Entretanto, Martín descubre en youtube una entrevista donde Moebius anuncia que muy pronto dará a conocer al mundo la fórmula de la juventud. Funes explica que la vida está llena de gente envidiosa, que aparece en cualquier momento con un puñal en la mano.

A la hora del desayuno Pablo sorprende con su conducta de viejo maniático: toma café express en grandes cantidades, comenta muy docto las noticias del terremoto japonés y la amenaza nuclear con una frase tipo Albert Einstein.

El director de la escuela, señor Delgado, acepta a Pablo como oyente. Lo presenta en la clase de la casadera Lucy que ese día expone las teorías de Darwin. Pablo se presenta como originario de Paso de Ganado, donde la gente sabe tantas cosas en sexto año de primaria que puede construir una bomba atómica. Lucy se queda boquiabierta con Pablo cuando este expone la teoría de la glándula debajo de la oreja y la superioridad del primate sobre el hombre.

Al salir de la escuela Pablo embarca a Martín en el propósito de desquitarse de Lucy convirtiéndola en una niña de ocho años.
En el departamento del viejo doctor Pablo elabora una carta dirigida a los señores Poyo para que lo admitan como huésped mientras sus papás realizan un viaje urgente al Polo Sur. Pablo admite que no es fácil ser niño en esta época.

La mamá de Martín no se traga el cuento pero lo admite como huésped porque no tiene dónde dormir, le explica a su marido esa noche, cuando miran la anticuada caligrafía del niño.

Al día siguiente por la madrugada Pablo inocula la fórmula secreta en una manzana para regalársela a Lucy. Esta se la come al terminar la clase y en la dirección se convierte en una niña de ocho años, ante la incredulidad del señor Delgado que exige la presencia de sus padres. Lucy, entretanto, clama por su novio con el que estaba a punto de casarse. Cuando los dos amigos salen de la escuela el señor Delgado los intercepta y los conduce a la dirección, donde Lucy espera, convertida en niña, vestida con el uniforme escolar. Muy seria los interroga acerca del origen de la manzana que le dieron a comer.

El señor Delgado se ilusiona con la idea de volver a ser joven y lleva a todos al mercado a comprar manzanas. En el coche de regreso come con gran voracidad, ante la mirada irónica de Pablo que sale de todas las broncas observado por la cámara personal de Martín.

De regreso a casa, Martín sugiere dar la fórmula al señor Delgado para ponerlo de nuestra parte, pero Pablo Funes tiene el plan de introducirla en un asilo de ancianos, acto auténticamente subversivo, el de regresar viejitos a su propia infancia.

En el laboratorio de Funes, Pablo y Martín preparan agua de jamaica con la fórmula para introducirla al asilo. Al salir, descubren que Moebius sabe la dirección del viejo Funes.

El director del antro de la tercera edad se entusiasma con la generosidad de los infantes y los deja entrar por ser la hora de la comida. Los ancianos pachichis y sedientos beben agua de jamaica y empiezan a convertirse en niños bajo la mirada enloquecida de la cámara de Martín, que los ve dejar a un lado los anteojos y quitarse la ropa grande, en un delirio infantil que sigue en los jardines y culmina en las calles, invadidas por niños eufóricos.

Al regresar a casa, Martín y Pablo encuentran al matrimonio Poyo mirando en la tele un noticiero que está dando la noticia con los sucesos del asilo. Niños deambulaban por la calle cuando la policía los interceptó. La reportera entrevista a un niño que dice tener 96 años y explica que el acontecimiento podría ser consecuencia de las radiaciones nucleares que están emanando del Japón.

La señora Poyo apunta que la aparición de tantos niños solitarios tiene que llevar a la búsqueda de los padres. Funes sonríe, sabe que los padres de todos ellos están muertos.

A la mañana siguiente, Pablo Funes se asoma al telescopio y descubre que el doctor Moebius invadió su departamento. Da la voz de alarma y se dirigen hacia allá. En el laboratorio de Funes, Pablo y Martín descubren que Moebius se robó el cuaderno azul con los apuntes de la fórmula. Pablo explica que de cualquier modo no podrá reproducirla pues nunca apuntó en el cuaderno los ingredientes completos, precisamente para protegerse de cualquier plagio.

Pablo y Martín viajan en bicicleta en busca de Moebius para recuperar el cuaderno con los importantes apuntes, elucubrando sobre los peligros de perder el control de la fórmula.

En el laboratorio Martín y Pablo ejecutan un plan para que el vigilante y su perro rotweiller se conviertan en un niño de tres años y un cachorro de seis meses, respectivamente. Luego descubren al doctor Moebius en el momento que ingiere la fórmula y sufre una convulsión. Enseguida se transforma en un caballo monstruoso y luego en uno pequeño, un caballito con vida propia, que corre por el piso para huir. Martín lo atrapa y se lo lleva a casa en el bolsillo de su camisa, contento por tener un juguete nuevo.

Entretanto la señora Poyo, preocupada por no saber en que anda metido su hijo, abre la lap top y descubre imágenes informáticas del viejo doctor Funes grabado el día que Martín lo conoció en su extraño departamento. Le avisa al señor Poyo y este se divierte con la situación, pensando que su mujer exagera.

La señora sospecha que Pablo es huérfano y vive con su abuelito soltero, así que cuando regresan los amigos les hace un interrogatorio que es interrumpido por los relinchos angustiosos del caballito, escondido en la bolsa de Martín.

En la noche, en la recámara de Martín, los dos amigos contemplan el caballito, juguete ideal para un niño. Pablo elabora extrañas fórmulas en el cuaderno para tratar de regresar a Moebius a su horrible estado normal.

Bajo el ojo de su telescopio, Martín, explica en off que se acabaron las últimas gotas de la fórmula con los vecinos del edificio de enfrente y en la escuela la señorita Lucy está inscrita como alumna del tercer grado. El caballito permanece encerrado en un corral improvisado en el clóset.
Por la mañana la señora Poyo confunde al caballito con un ratón cuando se esconde entre puros zapatos viejos. Pega un grito y exige la presencia del gato, pero este ha vuelto a su tamaño normal y eso cambia todo. Para ella es el colmo que los niños hayan traído un gato nuevo sin su permiso. No puede tener un día más en su casa al infante invasor, Pablo Funes, así que le pide que se vaya de regreso por dónde vino. Ella sabe que tiene un abuelo y puede regresar con él, lo del polo Sur es puro cuento.

Pablo dice a la cámara de Martín que muy pronto le pasará lo mismo que al gato y volverá a ser el viejo doctor Funes, por lo que acepta regresar a su laboratorio y a su soledad.

De regreso al lóbrego edificio de Funes los amigos llevan al gato y al caballito. Se despiden con gran tristeza, sabedores que su amistad infantil ha terminado, al menos por este periodo. Pablo le devuelve la camiseta del Chicharito y se coloca una, muy grande y agujereada, del doctor Funes.

Días después se encuentra con la maestra Lucy, recién casada. Le regala una manzana y la maestra la acepta, no sin antes bromear con sus posibles efectos. La noticia de los viejitos que se volvieron niños por unos días corren de boca en boca grabadas por la camarita de Martín. Para entonces, el anciano doctor Funes ya tiene su propia página web, donde anuncia al mundo que en la siguiente primavera, cuando floreen las jacarandas, volverá a fabricar la fórmula de la eterna juventud que estará disponible para todo aquel que quiera volver a ser niño por voluntad propia.
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