Dom Pérignon x Lady Gaga
Lady Gaga, la cantante, compositora y actriz que es sinónimo de vanguardia y transgresión en el mundo entero, une fuerzas con Dom Pérignon, la casa fundada en 1921 a partir del legado de Dom Pierre Pérignon, el monje benedictino sin cuya contribución el champagne no existiría como lo conocemos.
Más: IMAGENES DE LADY GAGA SURFEANDO EN PUERTO VALLARTA
La colaboración entre ambos iconos, consistente en una escultura original de tiraje limitado y una campaña concebida por la artista en colaboración con el fotógrafo y cineasta Nick Knight y el diseñador Nicola Formichetti, buscan explorar el poder de la libertad creativa en un momento en que el mundo la necesita más que nunca.
Todas las ganancias resultantes de la venta de los 110 ejemplares de la escultura, cuyo centro será ocupado por un jeroboam de Dom Pérignon Rosé 2005, serán donadas a la fundación Born This Way, encabezada por la artista y su madre, que apoya la salud mental de los jóvenes.
“¡Estoy bebiendo estrellas!” es una frase atribuida a Dom Pierre Pérignon, monje benedictino cuyo trabajo con uvas de múltiples viñedos y cuyas buenas prácticas de embotellamiento habrían de resultar clave en el desarrollo de los vinos que hoy conocemos como champagne. Es también particularmente apta para describir no sólo el placer efervescente de degustar una añada del que lleva su nombre desde 1921, sino también para describir una trayectoria que bien vale calificar de estelar.
Preferido de Marilyn Monroe, sujeto de homenajes literarios de Stephen King, elegido para la boda de Diana de Gales, cantado por Taylor Swift, Dom Pérignon suma este 2021 a sus vínculos estelares una alianza con Lady Gaga que trasciende el mero consumo para resultar en una fuerza poderosa –capaz de abrir nuevos horizontes, de impulsarnos, de compartir y ser compartida – cuyo eje es la libertad creativa.
Es la marca de la casa. A lo largo de su historia, y hasta la fecha, el compromiso de Dom Pérignon con la calidad nos ha llevado a producir sólo champagne vintage –es decir adscrito a una cuvée o añada determinada– con el que renovamos cada año nuestra búsqueda del ideal de armonía a partir de factores tan cambiantes como el clima y la naturaleza, con sus constantes e inevitables restricciones. La exigencia de calidad es total: si el producto de un cierto año no alcanza los estándares, Dom Pérignon guarda silencio hasta el próximo.
Lo mismo puede decirse de Lady Gaga quien, al igual que nuestra casa, cada tanto se propone un nuevo avatar a un tiempo poderosamente innovador y transgresor, pero idéntico a sí misma. Autora de cinco álbumes de estudio que sin excepción han debutado en el número 1 de las listas de popularidad, primera mujer en ganar un Oscar, un Grammy, un Golden Globe y un BAFTA el mismo año, reconocida lo mismo por el Council of Fashion Designers of America que por el Martin Luther King Center, ha vendido 124 millones de discos pero también recaudado 120 millones de dolares para la lucha de la Organización Mundial de la Salud contra el Covid-19, y revolucionado las nociones de identidad, género, belleza, esfuerzo y compromiso social.
Consumidora de larga data de Dom Pérignon, hoy Lady Gaga comienza de nuestra mano una nueva historia, que se suma a las tantas que ha contado ya. A partir de una afinidad profunda, inicia una colaboración fructífera con nuestra casa que busca impulsar la creatividad mutua pero también ampliar los horizontes de los seguidores de ambos a partir de los valores que comparten: una ética laboral inquebrantable, una disciplina a toda prueba y la paciencia y la minucia indispensables para hacer realidad una visión.
Esta celebración de la creatividad y el esfuerzo redundaron en The Queendom, un proyecto audiovisual concebido por la artista en colaboración con el fotógrafo y cineasta británico Nick Knight –quien ha colaborado con artistas que van del diseñador de moda Yohji Yamamoto al arquitecto David Chipperfield, y de Björk a Kanye West a la propia Lady Gaga– y con el diseñador de moda italojaponés Nicola Formichetti, quien pasara de ser la cabeza creativa de firmas como Diesel y Mugler a la dirección de Haus of Gaga, nombre que recibe el equipo creativo de la artista. El resultado es lo que Knight describe como “un experimento visual” capaz de crear “un mundo de belleza que sólo existe en la imaginación de las personas” para un momento en que el mundo está “ávido de celebrar”.
Estrenado hoy, este universo audiovisual y fotográfico de patrones ondulantes y colores y texturas rotundos –construido a partir de la canción “Free Woman”, que Lady Gaga eligió de entre las que constituyen su álbum Chromatica para este proyecto– será este año la imagen de marca de Dom Pérignon en todo el mundo, a la cual se sumará un segundo proyecto artístico: la producción de 110 ejemplares exclusivos de una escultura concebida por Gaga y Formichetti, cuyas formas –que evocan las de los magnéticos y lujosos diseños que viste la artista, y desafían la gravedad en su lance por capturar el movimiento–, abrazarán un jeroboam (3 l.) de Dom Pérignon Rosé 2005.
Estas piezas serán asequibles a través del equipo de ventas privadas de Dom Pérignon en todo el mundo –México incluido– y exhibidas en puntos de venta emblemáticos. Todas sus utilidades serán donadas a la fundación Born This Way, creada por Lady Gaga y su madre, Cynthia Germanotta, para la promoción de la salud mental de los jóvenes, cuyo trabajo recibió el aval de la Organización de las Naciones Unidas en el Día Internacional de la Paz de 2018.
Hacia finales de este año serán presentadas etiquetas de edición limitada de la marca, producto de esta colaboración, y en los próximos dos años toda una serie de proyectos artísticos con los que Dom Pérignon y Lady Gaga seguirán recordándonos que la inspiración creativa no es una elección sino un impulso irrefrenable que nos sostiene, nos mantiene vivos, nos da la energía para liberarnos y seguir poniendo a prueba nuestros límites.
Más: IMAGENES DE LADY GAGA SURFEANDO EN PUERTO VALLARTA
La colaboración entre ambos iconos, consistente en una escultura original de tiraje limitado y una campaña concebida por la artista en colaboración con el fotógrafo y cineasta Nick Knight y el diseñador Nicola Formichetti, buscan explorar el poder de la libertad creativa en un momento en que el mundo la necesita más que nunca.
Todas las ganancias resultantes de la venta de los 110 ejemplares de la escultura, cuyo centro será ocupado por un jeroboam de Dom Pérignon Rosé 2005, serán donadas a la fundación Born This Way, encabezada por la artista y su madre, que apoya la salud mental de los jóvenes.
“¡Estoy bebiendo estrellas!” es una frase atribuida a Dom Pierre Pérignon, monje benedictino cuyo trabajo con uvas de múltiples viñedos y cuyas buenas prácticas de embotellamiento habrían de resultar clave en el desarrollo de los vinos que hoy conocemos como champagne. Es también particularmente apta para describir no sólo el placer efervescente de degustar una añada del que lleva su nombre desde 1921, sino también para describir una trayectoria que bien vale calificar de estelar.
Preferido de Marilyn Monroe, sujeto de homenajes literarios de Stephen King, elegido para la boda de Diana de Gales, cantado por Taylor Swift, Dom Pérignon suma este 2021 a sus vínculos estelares una alianza con Lady Gaga que trasciende el mero consumo para resultar en una fuerza poderosa –capaz de abrir nuevos horizontes, de impulsarnos, de compartir y ser compartida – cuyo eje es la libertad creativa.
Es la marca de la casa. A lo largo de su historia, y hasta la fecha, el compromiso de Dom Pérignon con la calidad nos ha llevado a producir sólo champagne vintage –es decir adscrito a una cuvée o añada determinada– con el que renovamos cada año nuestra búsqueda del ideal de armonía a partir de factores tan cambiantes como el clima y la naturaleza, con sus constantes e inevitables restricciones. La exigencia de calidad es total: si el producto de un cierto año no alcanza los estándares, Dom Pérignon guarda silencio hasta el próximo.
Lo mismo puede decirse de Lady Gaga quien, al igual que nuestra casa, cada tanto se propone un nuevo avatar a un tiempo poderosamente innovador y transgresor, pero idéntico a sí misma. Autora de cinco álbumes de estudio que sin excepción han debutado en el número 1 de las listas de popularidad, primera mujer en ganar un Oscar, un Grammy, un Golden Globe y un BAFTA el mismo año, reconocida lo mismo por el Council of Fashion Designers of America que por el Martin Luther King Center, ha vendido 124 millones de discos pero también recaudado 120 millones de dolares para la lucha de la Organización Mundial de la Salud contra el Covid-19, y revolucionado las nociones de identidad, género, belleza, esfuerzo y compromiso social.
Consumidora de larga data de Dom Pérignon, hoy Lady Gaga comienza de nuestra mano una nueva historia, que se suma a las tantas que ha contado ya. A partir de una afinidad profunda, inicia una colaboración fructífera con nuestra casa que busca impulsar la creatividad mutua pero también ampliar los horizontes de los seguidores de ambos a partir de los valores que comparten: una ética laboral inquebrantable, una disciplina a toda prueba y la paciencia y la minucia indispensables para hacer realidad una visión.
Esta celebración de la creatividad y el esfuerzo redundaron en The Queendom, un proyecto audiovisual concebido por la artista en colaboración con el fotógrafo y cineasta británico Nick Knight –quien ha colaborado con artistas que van del diseñador de moda Yohji Yamamoto al arquitecto David Chipperfield, y de Björk a Kanye West a la propia Lady Gaga– y con el diseñador de moda italojaponés Nicola Formichetti, quien pasara de ser la cabeza creativa de firmas como Diesel y Mugler a la dirección de Haus of Gaga, nombre que recibe el equipo creativo de la artista. El resultado es lo que Knight describe como “un experimento visual” capaz de crear “un mundo de belleza que sólo existe en la imaginación de las personas” para un momento en que el mundo está “ávido de celebrar”.
Estrenado hoy, este universo audiovisual y fotográfico de patrones ondulantes y colores y texturas rotundos –construido a partir de la canción “Free Woman”, que Lady Gaga eligió de entre las que constituyen su álbum Chromatica para este proyecto– será este año la imagen de marca de Dom Pérignon en todo el mundo, a la cual se sumará un segundo proyecto artístico: la producción de 110 ejemplares exclusivos de una escultura concebida por Gaga y Formichetti, cuyas formas –que evocan las de los magnéticos y lujosos diseños que viste la artista, y desafían la gravedad en su lance por capturar el movimiento–, abrazarán un jeroboam (3 l.) de Dom Pérignon Rosé 2005.
Estas piezas serán asequibles a través del equipo de ventas privadas de Dom Pérignon en todo el mundo –México incluido– y exhibidas en puntos de venta emblemáticos. Todas sus utilidades serán donadas a la fundación Born This Way, creada por Lady Gaga y su madre, Cynthia Germanotta, para la promoción de la salud mental de los jóvenes, cuyo trabajo recibió el aval de la Organización de las Naciones Unidas en el Día Internacional de la Paz de 2018.
Hacia finales de este año serán presentadas etiquetas de edición limitada de la marca, producto de esta colaboración, y en los próximos dos años toda una serie de proyectos artísticos con los que Dom Pérignon y Lady Gaga seguirán recordándonos que la inspiración creativa no es una elección sino un impulso irrefrenable que nos sostiene, nos mantiene vivos, nos da la energía para liberarnos y seguir poniendo a prueba nuestros límites.
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